Bienvenidos a Fotoartis

Este blog nació en octubre de 2007 para aprobar una asignatura. Entonces Fotoartis era un espacio dedicado a la fotografía en general, y muy especialmente a la fotografía artística.
Pero ahora Fotoartis entra en una nueva etapa. Ahora será un blog personal, aunque mantendrá el nombre porque le he cogido cariño.

BIENVENIDOS TODOS. RAY COY.

miércoles, 30 de julio de 2008

¡Vacaciones!

¡Weeeeeeeeeeeeeeee! (léase como grito eufórico). Desde las 14:00 estoy de vacaciones.
Me he pasado toda la mañana corriendo para meter en el catálogo los 23 textos que me quedaban y lo he conseguido :).
Esta mañana ha llamado "el jefe" (que está de vacaciones) y se ha asombrado de que hoy acabase el catálogo porque él pensaba que la cosa se alargaría hasta septiembre. Pero soy rápida como Speedy González, jeje. Otra cosa es que esté bien hecho... :S
Voy a echar de menos ir al Fondo Antiguo, bajar al depósito, trabajar con libros viejos... snif, snif. Aunque es probable que tenga que pasarme por allí para buscar documentación para mi tesis :).
Lo que no voy a echar de menos es levantarme a las 7 de la mañana porque anda que no sienta mal escuchar el despertador a esas horas... Le voy a coger manía a "El que quiera entender que entienda", que es la canción de Mägo de Oz con la que suena el despertador de mi móvil. Aunque lo de librarme de madrugar no me va a durar mucho, porque el jueves 7 de agosto se me acaban las vacaciones aunque entonces no trabajaré en el Fondo Antiguo sino en el gabinete de comunicación de Canal Sur. Y cobrando (una miseria, pero al menos con lo que gane me pago la mitad de la matrícula del Doctorado).
Pero mejor no pienso en que la semana que viene tengo que empezar desde cero otra vez porque me agobio. Ahora toca descansar y aprovechar los días libres para cerrar el expediente en la Facultad, dormir y leer todo lo que tengo atrasado.

domingo, 27 de julio de 2008

Reflexiones sentimentales para una tarde de domingo

Desde que era pequeña odio los domingos. Cuando tenía menos de cinco años, los odiaba porque era el día que tenía que regresar a Rota después de haber pasado el fin de semana en Sevilla en casa de mis abuelos. Entonces me escondía debajo de la cama con la inocente esperanza de que mis padres no me encontrasen. La primera vez que lo hice tardaron en encontrarme pero los siguientes domingos daban conmigo a la primera. Normal, me seguía escondiendo debajo de la misma cama.
Así que desde pequeña los domingos para mí han sido días tristes. Cuando con 14 ó 15 años descubrí las columnas de Arturo Pérez-Reverte en El Semanal comencé a ver los domingos de otra manera. Gracias a él, las mañanas de los domingos me dibujaban una sonrisa en la cara, pero las tardes seguían apagándome.
Ahora ni Arturo me alegra los domingos :(. Quizá sea porque es el último día de la semana y pienso "otra semana más de mi vida perdida" o "mañana otra vez a estudiar/trabajar".
Una vez, alguna chica de la Facultad (probablemente fuera M. pero la teoría era de P. o de R.) me dijo que un novio de verdad era ése que pasaba contigo las tardes de los domingos, aunque fuese yendo al cine.
Yo hace mucho que no paso las tardes de domingo con nadie. Es más, creo que R. y yo no pasamos muchas tardes de domingo juntos. Hace poco me dijo mi amigo A. que un día no muy lejano llegaría ese príncipe azul, y yo le respondí que como republicana no quería príncipes en mi vida.
Sólo busco un hombre inteligente, culto, buen conversador. Un hombre que si no tiene mis mismas aficiones (porque ya sería mucho pedir que nos gusten las mismas películas, la misma música, los mismos libros...), por lo menos que respete mis gustos y los comparta conmigo (que ya haré yo lo mismo con los suyos, salvo que le guste el flamenco, que por ahí sí que no paso). Un hombre que entienda que la casa es cosa de los dos y que no tenga que andar yo detrás de él recogiendo sus cosas porque al segundo día lo mando a tomar por culo (que para machista ya tengo a mi padre y a ése no tengo más narices que aguantarlo). Busco un hombre que me quiera y con el que sea feliz. Un hombre con el que los domingos sean agradables, y no días de aburrimiento o tristeza. ¿Acaso pido mucho?

miércoles, 23 de julio de 2008

Oihu

Cuando las cosas no salen como quiero o cuando el agobio puede conmigo me dan ganas de irme lejos, a un sitio donde pueda gritar y desahogarme. Como no puedo hacerlo, me tengo que conformar con escuchar música.
Para días así, como el de hoy (y sobre todo como el de ayer), "Oihu" de Berri Txarrak (http://es.youtube.com/watch?v=0CZJ9PSa6es):

"Oihu egin nahi dut
arima urratu arte
isiltasunaren ozenez".

"Quiero gritar
hasta desgarrar el alma
con la sonoridad del silencio".

Supongo que el mensaje de la canción es otro, pero esta estrofa me sirve para expresar cómo me siento.

martes, 22 de julio de 2008

Ni pa eso

No sirvo ni para tercera suplente de una beca. Hoy se ha publicado el listado de preseleccionados y suplentes de una beca de investigación que solicité y me he comido lo mismo que la Madre Pelusa :(.
No haber conseguido esa beca supone una oportunidad menos para:
1) independizarme
2) vivir como Dios ganando casi 1.200 euros mensuales
3) ser feliz haciendo algo que me gusta
Otra desilusión laboral. Si llega noviembre y no he encontrado nada, ¿qué coño hago con mi vida? ¡Ay! Supongo que siempre me quedará la Primitiva, porque el sueldo Nescafé tampoco me ha tocado :(

sábado, 19 de julio de 2008

Déjame entrar

Hoy iba a escribir sobre otro tema pero acabo de descubrir a un cantante que me ha dejado tocada.
Lo he encontrado por casualidad. Quería ampliar una noticia que Diario de Sevilla y ABC han publicado limitándose a "cortar y pegar" un teletipo. El caso es que quería consultar un tercer diario por si también había publicado la noticia. Es un diario digital del que no recordaba el nombre pero para encontrarlo he puesto en Google el nombre de una amiga mía que trabaja en él. Y la primera entrada que me sale no es del periódico sino de la web de un cantautor al que mi amiga entrevistó, un tal César Rodríguez (http://www.cesar-rodriguez.com/).
Total, que me pongo a bichear por la web y pico en el nombre de una canción, "Déjame entrar". Me he puesto a escucharla y nada más empezar me he quedado fría:

"Hoy te soñé y hacía tiempo que no te veía.
Sigues intacta, los mismos gestos y su picardía".

Anoche soñé con alguien a quien últimamente recuerdo demasiado (la persona a la que me dirigía en mi entrada titulada "Duerme conmigo") y me encuentro con esta canción. He seguido escuchándola y cuando me he dado cuenta me he visto reflejada en la pantalla del ordenador llorando:

"Y por las noches te hablarán las fotos
que no pudiste hacerme".

"Quizá algún día me decida y por fin
vuelva a buscarte
para ayudarme a salir de esta espiral
en la que nunca entraste.
No me creerás cuando te diga
que no he dejado de pensarte.
Regálame de nuevo aquella noche en la que yo
no supe aprovecharte.
Déjame entrar por tu ventana directo a tu cama,
y sigue durmiendo que si abres los ojos yo me iré corriendo.
Y deja que me cuele por entre tu ropa
para no tener frío,
cuando el sol nos queme tu despertarás
y ya me habré ido".

Os dejo el enlace a una de las actuaciones de César Rodríguez que hay en Youtube (http://es.youtube.com/watch?v=epMxWeDOG2k), aunque la canción suena mucho mejor en su web.

Si en diciembre voy con mi amiga a ver Hamlet a Madrid espero que César Rodríguez toque ese fin de semana porque me encantaría verlo en directo.
Para que después diga mi padre que sólo escucho "pelusos" con baterías y guitarras eléctricas...

viernes, 18 de julio de 2008

Recuerdos de mi infancia

Me he pasado toda la tarde en casa de mi abuela rodeada de recuerdos de mi infancia. Teníamos que vaciar el lavadero de la azotea donde mi abuela guarda los tiestos porque hoy han empezado a hacer obras de rehabilitación en el edificio. Y ya que se sacaban las cosas, hemos aprovechado para tirar algunas.
El caso es que me he reencontrado con libros, cartillas Rubio, cuadernos y muñecos que hacía años que no veía. He rescatado unos cuantos muñecos de Playmobil (que me encantaban), tres o cuatro peluches (que sigo coleccionando a mis años) y mi cuento preferido de cuando era una micurria: Laila y Aixa. Mi madre me leía esa historia y no sé por qué me gustaba tanto, quizá porque las protagonistas tenían nombres poco frecuentes, como yo :).
He encontrado muchos dibujos, como uno que hice con 8 ó 10 años en el que me retraté con 16 meses a partir de una foto. Siempre me gustó dibujar, y no se me daba mal de todo, sobre todo si copiaba fotos.
Pero lo que más me ha sorprendido ha sido ver un intento de periódico que hice. Me he descojonado al verlo porque no recordaba yo esa vocación periodística más allá de que me gustaba entrevistar con la grabadora de mi tío a todo el que pillaba por mi casa o que jugaba a dar el telediario sentada ante un taco de folios en blanco: ser hija única es lo que tiene, que o desarrollas la imaginación o te mueres de aburrimiento. El periódico tenía por cabecera ABC. Sorprendente viniendo de mí, supongo que se debió a que era el diario que por costumbre leía mi abuelo. Y resulta que mi noticia estrella eran los bombardeos de Sadam Hussein (ya me molaba a mí eso del periodismo bélico...).
Desgraciadamente no me he dado cuenta y he tirado mi primer cuento, El libro de la selva, que me lo leía mi madre todas las noches y yo me lo sabía de memoria :(.
Lo raro es que no hayan aparecido "mis muñecos de la tele". Cuando todavía no tenía muchos, los metía en mi maletín rojo del Tío Gilito y me los llevaba de paseo (a lo mejor alguien que me lee se acuerda de cuando iba los fines de semana a su casa y me los llevaba, jeje).
Y para colmo esta noche están emitiendo en La 2 la película El traje, rodada en Sevilla y en la que aparece la tapia de mi colegio.
Definitivamente hoy ha sido un día lleno de recuerdos de mi infancia.

miércoles, 16 de julio de 2008

Cosas que me hacen sonreír

Mi ánimo sigue estando como el tiempo en Sevilla: revuelto y cambiante.
La mañana ha estado soleada, y yo muy animada en el trabajo porque ya me dejan bajar sola al depósito a coger los libros y porque me he encontrado un par de relaciones de sucesos sobre la Inquisición sevillana (dos textos más para la bibliografía de mi futura Tesis doctoral).
Pero conforme iban pasando las horas, el tiempo se ha ido poniendo más feo, y yo nuevamente melancólica, como ayer. Demasiados recuerdos martilleándome la cabeza.
Alrededor de las ocho se ha producido una tormenta de arena como la del lunes. Y mientras tanto yo en la ducha escuchando La leyenda de La Mancha de Mägo de Oz, a ver si "Molinos de viento" me animaba (http://es.youtube.com/watch?v=1WjvrqqNeRw).
Y sí lo ha hecho. Salgo de la ducha y el olor de la lluvia me llena los pulmones, con lo que me gusta a mí la lluvia. La tormenta de arena ha dejado paso a un chaparrón monumental. Ya era hora de que lloviera.
Me he asomado a la ventana, he visto el arco iris y he corrido a por la cámara. La foto es mala pero no he podido hacer nada mejor dado el sitio en el que estaba.
Ray Coy: «Arco iris desde la ventana 1»

Una canción como "Molinos de viento", la lluvia y el arco iris de esta tarde han conseguido que me anime un poco.
A pesar de ello, sigo sin parecerme a la "yo" de la foto que me encontré este fin de semana: yo subida a una piedra en Puerto de la Cruz (Tenerife), hace cuatro años, más delgada, seria pero guapa, con ganas de comerme el mundo. Entonces era feliz. ¿Cuándo podré volver a salir así en una foto?

martes, 15 de julio de 2008

Duerme conmigo

Tú no vas a leer esto, pero aun así escribo dirigiéndome a ti para desahogarme. Desde hace varios días me acuerdo de ti. Ayer fue 14 de julio y tuve que pasar por tu casa (si hubiera podido, lo habría evitado, pero no hubo manera). Hoy he pasado por El Salvador y he temido encontrarte allí algún día. Mientras trabajaba he escuchado música y la voz de Txus me ha traído de nuevo tu recuerdo. Después ha sonado Marea. Era "Duerme conmigo" (http://es.youtube.com/watch?v=na9SXxXopRs) y he seguido pensando en ti:

Todavía estoy mal cosido,
ay, házmelo despacito, tú
no te rías , que es verdad,
que no me lo ha hecho nadie,
que duermo solito.
Que mi cama está hecha donde no hay ventanas,
donde las miradas tienen ganas,
donde hay lunas de tela y un sol navajero
de noches en vela.
Donde llegó el olvido a soltar la melena,
donde nunca pienso si me quieres,
donde todo es mentira quejíos de pena
desconchan paredes.
Duerme conmigo, si eres piedra da igual,
yo seré pedregoso camino.
Duerme conmigo, yo te canto, te arrullo,
te arropo, te abrigo, te mimo.
Sé que me cuentan los días
los abrazos sin hallarte,
y me recuesto en el suelo y
se me eriza el pelo en sólo recordarte
que mi almohada está llena de cuando no estabas,
de canciones que nunca cantabas,
de todo, de nada, de besos de ésos que nunca me dabas.
Y de un tiempo a esta parte decido soñarte,
embrear mi camino con lodo,
y cagándome en todo volar, y ya ves,
despierto como me acosté.
Duerme conmigo, si eres piedra da igual,
yo seré pedregoso camino.
Duerme conmigo, yo te canto, te arrullo,
te arropo, te abrigo, te mimo.
Y me mira de reojo cuando cree que no la miro.
Cómo no voy a mirar si arde como el rastrojo en cuanto me descuido.
Que su mirada es un tiro de sal al que ose chorar en el bosque frutal
de su libertad, de mi soledad, de nuestro vendaval.
Duerme conmigo, si eres piedra da igual,
yo seré pedregoso camino.
Duerme conmigo, yo te canto, te arrullo,
te arropo, te abrigo, te mimo.
Y si eres aire, te irás.

Sevilla lleva varios días amenazando lluvia pero no llega a romper. Igual que yo, que llevo varios días amenazando llanto y no rompo a llorar. ¿Cuándo dejaré de pensar en ti con melancolía? O me jor aún, ¿cuándo dejaré de pensar en ti?
PD: Necesito irme de concierto para saltar durante dos horas y desgarrarme la garganta cantando para olvidarme de todo (y de todos) por un rato. Lástima que no pueda ir a San Fernando a ver a Mägo. Me haría tanto bien... pero me voy a tener que conformar con poner el mp3 a toda leche.

lunes, 14 de julio de 2008

Licenciada

Licenciada. Eso es lo que soy desde las 18:45 de esta tarde. Hoy ha salido la nota de Periodismo de Investigación y tengo un 10, todavía no me lo creo.
Se ve que el examen me salió mucho mejor de lo que yo pensaba, y el trabajo optativo no estaba tan mal. Lo mismo también cuenta haber sido la única persona fiel a las clases de Lorena. Da igual. Sea por lo que sea, tengo un 10. El único 10 de los tres grupos :).
Se acabó ir a la Facultad a ver si a algún profesor le ha dado por sacar las notas. Se acabó pasar nervios ante una vitrina buscando un papel con tu nombre. Se acabó. Oficialmente esta tarde se ha cerrado una etapa de cinco años. Hoy sí y no el 2 ni el 4 de julio.
Hoy pensaba escribir sobre el 14 de julio, no el francés, sino el mío. Hace dos años un 14 de julio cambió mi vida a peor (¿por qué julio es un mes tan decisivo en mi vida?). Pero hoy me he reconciliado con esta fecha. A partir de hoy el 14 de julio significará algo más que lo malo que significaba hasta ahora. Ojalá que el año que viene pueda celebrar este día en París, que es donde me habría gustado estar hoy. ¿Alguien se apunta?

jueves, 10 de julio de 2008

Notas

Sorprendentemente, han salido las notas de Estructura de la Información y de Periodismo de Viajes, y con ninguna estoy especialmente contenta.
En el 2º cuatrimestre de Estructura tengo un 7,5. Me habría gustado sacar más nota en la asignatura (me pondrá un notable porque en el 1er parcial tengo un 8,5) pero el examen fue un tanto desastroso: la última pregunta la hice en 5 minutos y no tenía claro que las otras dos estuviesen bien planteadas ni que los datos fuesen correctos. Demasiados grupos mediáticos, demasiados negocios, demasiados acuerdos entre ellos. Todos liados con todos, como Al salir de clase pero en versión empresarial :p
En Periodismo de Viajes dicen que tengo un 7,5 (yo no he ido, mi nota la ha visto una compañera de clase). Pensé que le había vendido mejor el tema al tío :(. Pero teniendo en cuenta que mi examen fue casi entero una reflexión, pues habrá que conformarse. Desde luego he comprobado con Viajes que mi idea de que "aprobar es hacer creer" (parafraseando al gran Maquiavelo) es absolutamente cierta. Prácticamente no puse nada del temario porque me leí el manual de la asignatura días antes del examen, así que me limité a plantear cuatro cosas y desarrollarlas como buenamente pude pero de manera que pareciera que estaba convencidísima de lo que decía. Lo dicho, "aprobar es hacer creer" (el copyright de la frase es mío, jeje).
Ya sólo queda por salir Periodismo de Investigación, que me tiene acojonadilla porque creo que el examen no me salió muy allá y no sé cómo corregirá la profesora. Se supone que la nota saldrá sobre el día 15.
Sería una putada ir a septiembre por primera vez en mi vida estando en 5º de carrera. Espero que se apiade de nosotros...

miércoles, 9 de julio de 2008

Tercer día en el Fondo Antiguo

Salvo que pase algo excepcional, no volveré a hacer una entrada sobre el Fondo Antiguo, que ya llevo tres.
"El jefe" nos ha dicho que el libro de ayer no tiene hongos porque está restaurado, así que me quedo más tranquila, mis uñas están sanas y no corren peligro :)
Esta mañana he empezado a trabajar con un libro alucinante. Está lleno de relaciones de sucesos del siglo XVII, algunas de ellas de Andrés Almansa y Mendoza y de Rodrigo de Cabrera (a algunos os suenan, ¿verdad?). Durante varios días seguiré manejándolo porque tengo que meter en el catálogo el libro entero, y hay casi 200 textos... Pero tener ese libro en las manos es un gustazo, así que no me quejo. Lástima que no tenga tiempo de leer las relaciones.
PD: Sospecho que el catálogo Fama lo hizo algún becario... vaya los "pifiazos" que hay metidos.

martes, 8 de julio de 2008

Segundo día en el Fondo Antiguo

Sólo llevo dos días y ya estoy quemada. ¿Cuál es el problema? Que el trabajo no es lo que se ofertó en las prácticas y que yo no he estudiado Periodismo para andar haciendo catálogos. Pero lo mejor no es eso, lo mejor es que mi compañera y yo hemos pasado buena parte de la mañana manejando un libro infectado de hongos, y los expertos del Fondo no nos han dicho nada hasta pasado muuucho tiempo. ¿Cuál es el problema? Que hemos estado tocando el libro sin guantes porque nadie nos dijo que hicieran falta ni que un libro con las páginas teñidas de fucsia fuese peligroso. ¿Para qué van a avisar de esas cosas?
Total, que el caso es que quizá unos pequeños seres disfrazados de Alatriste (porque el libro contenía textos del siglo XVII) estén colonizando mis uñas. La cosa no es contagiosa (o eso nos han dicho...), y ni pica ni nada. El único problema es que los bichejos no se mueren, tiñen las uñas de negro y es contraproducente pintarlas porque se crea un microclima que les va de puta madre. Mis uñas, mis pobres uñas, con lo que yo las cuido y las quiero. ¿Qué será de ellas?
PD: Ahorraos decirme que si se me ponen las uñas negras ya no hará falta que me las pinte... Esto es muy serio, snif snif.

lunes, 7 de julio de 2008

Primer día en el Fondo Antiguo

Como era de esperar, esta mañana me he perdido... Menos mal que me he ido con tiempo. Es que el Rectorado parece el colegio de El Internado. Joe, qué de escaleras y de pasillos, y ni un maldito plano de esos con punto rojo diciendo "usted está aquí".
Yo iba acojonadilla por si hoy mismo me tenía que poner a manejar el Dreamweaver. Pero nada, de momento sólo vamos a trabajar en una base de datos con Access. El problema es que ni la otra muchacha de prácticas ni yo tenemos idea de signaturas tipográficas, calderones y descripciones físicas porque no somos de Archivística. Y las clases de Documentación de la carrera no nos sirven de nada... Tendrán que tener paciencia... Afortunadamente, la gente de allí parece muy simpática, el sitio es agradable y muy silencioso, y el tiempo se me ha pasado volando. Ya veremos si más adelante sigo pensando igual...

domingo, 6 de julio de 2008

La Graduación

La tarde del 4 de julio se me quedará grabada para siempre. No lloré, pero poco me faltó porque todo fue muy emotivo: el viernes me gradué.
Aquella tarde entramos al salón de actos de manera diferente a como lo habíamos hecho otras veces. En esa ocasión no íbamos a asistir a una proyección ni tampoco íbamos a escuchar la conferencia de nadie. Esa vez los protagonistas del acto íbamos a ser nosotros. Todos engalanados (bueno, no todos, que siempre hay quien da la nota...) y con asientos reservados con nuestros nombres. Como unas estrellas.
Me gustaría resumiros lo vivido en los últimos cinco años, pero creo que el mejor resumen de la carrera lo hicieron de manera magistral mis compañeros Manolo y Marina, los elegidos para que dieran el discurso de los alumnos en el acto de graduación. Imaginad que estáis sentados en el salón de actos, os envuelve una luz tenue y sois uno más entre los familiares y amigos de los alumnos de Periodismo C. Marina y Manolo se acercan al atril y se disponen a hablar. Os dejo con ellos...


Ilustrísimo señor Decano, profesores, queridos familiares… ay, compañeros… que ya estamos aquí. Que nos parecía mentira hace unos días cuando estábamos terminando de montar el reportaje para Olmo… y estudiándonos los apuntes de Lorena… y por fin, 4 de julio. Y queréis escuchar el discurso que hemos preparado, ¿no?

Pues tenemos que pediros disculpas. Porque… no hemos escrito el discurso. Lo sentimos mucho, no hemos podido, de verdad… Entre tanto examen, tanto trabajo, que si el informativo, que si las cámaras… Además encima justo en este mismo año va España y gana la Eurocopa… algo así había que salir a celebrarlo… Total, que llegó ayer por la tarde y nos dimos cuenta de que no habíamos escrito ni una sola línea. Ahí nos entró la crisis: que si tú puedes improvisar sobre la marcha, que se te da muy bien, que si yo no salgo a hablar en esas condiciones…

Al final nos tranquilizamos un poco, y nos pusimos a pensar si alguna técnica de las que hemos aprendido en estos años nos podía servir para salir del paso. “Discursos fin carrera Periodismo”. Así lo metimos en el Google. Venga, reconoced que todos lo habéis hecho alguna vez. Pero no había nada que mereciera la pena. Miramos en tuentis de otros compañeros, en el youtube, en la Wikipedia…

Y de repente, ocurrió el milagro. Sí, un milagro. Encontramos una historia anónima, contada en tercera persona, sobre alguien que sin duda, ha estado con nosotros todos estos años.

No hemos conseguido averiguar de quién se trata, pero como lo vimos tan real, y el tiempo se nos había echado encima… y ya que el copia y pega es algo tan nuestro (o al menos eso dicen algunos profesores…)… esperemos que os guste.

Todo comenzó allá por el verano de 2003, justo en el mismo día en que se conocieron las notas de Selectividad. Tenía puntos suficientes para elegir entre varias carreras. Y lo más importante, para entrar en esa con la que había soñado durante tanto tiempo.

Perdona que te corte… pero anda que no se llevarían las manos a la cabeza en casa cuando lo dijisteis… A cuántos de vosotros os habrán dicho que por fin esa cabeza loca se centraba… O que por qué no seguir la carrera del padre, o del hermano, una carrera “seria”, de las de siempre, una Arquitectura, Medicina, Derecho… Periodismo, ¡qué locura! ¿no?

Pero lo tenía claro. Había pasado muchas tardes escuchando la radio durante los partidos de Liga, había madrugado demasiado para escuchar las tertulias de la mañana, había visto todos los programas de sucesos, los de Ana Rosa… Y no lo dudó. Ocho. Cuatro. Uno. Cero. Cero. Uno.

841001. ¿Os acordáis de ese número? El código para entrar en Periodismo en la Universidad de Sevilla. El que todos pusimos en nuestro formulario de preinscripción y gracias al que fuimos miembros de la gran familia de la Hispalense. Pero esos papelajos no fueron nada. La prueba más dura, en solitario, vino después: la gran gymkhana para entrar en la Universidad: la lucha con la Secretaría. Papeles, más papeles, becas, horarios, calendario de exámenes… y lo que nos quedaba todavía…

Llegó el día en el que tenía que coger ese autobús que paraba un poquito más allá de la Facultad de Comunicación, un edificio al que prácticamente le estaban quitando el polvo de la obra. Su clase: la 3.2. Allí se encontró de todo: gente del Puerto, como Rocío Jiménez y José Antonio; de Aguilar como Rocío Puebla; de Aracena como Moya o sevillanos de toda la vida, como Monty o Juanma. Y muchos de los que conoció en ese instante se convirtieron en los mejores amigos para toda la carrera. Como ocurrió con Feli y Viky, que desde primero fueron uña y carne.

Cuántos grupos de amistad se forjaron en estos años de carrera: Patri, la más diva de la clase, Mª José, Rosario, Ana Marín, Vanesa, Juan, Javi, Luis y Marta, que acaba de volver de Madrid de una Séneca…

O Mari Ángeles, Rocío Navarro, Rafa y Antonio, amigos desde prácticamente los primeros meses de clase.

Y ese mismo día, poco antes de las cuatro menos cuarto entró en clase la primera profesora de la carrera: Lina Gavira. Lina, que empezó a hablar y a hablar, y hablar… Y descubrimos que eso eran las clases de la Universidad: una verborrea interminable que ponía a prueba las muñecas de los estudiantes…

Con Lina llegaron los primeros teóricos de la Sociología y la Comunicación: Ibáñez, Morin…

… y Giddens…

…y Giddens. Y entonces fue cuando aparecieron en escena Toñi y Laurita de Cádiz, que cada tres palabras de Lina, levantaban la mano para preguntar algo. Alguno las criticaba por eso, pero fueron las primeras valientes del grupo, las que no tuvieron vergüenza de preguntar las cosas que no entendían… que no eran pocas.

Lo divertido de ese año fueron las cámaras… Eso no lo dice el relato de internet. Ese momento en el que el profesor nos acompaña a todo el grupo al almacén, nos abre las puertas y nos dice… “hala, a grabar. Buscaos la vida”. Tanto botón junto, tantas palabrejas, ¿qué narices es el shutter? ¿Por qué se ven estas rayas discontinuas en el visor de mi cámara? Ya no íbamos a poder presumir ante los amigos de ser profesionales… ¿Qué no? Norma número dos del estudiante: lo que no esté en la biblioteca… se puede fotocopiar en la copistería. Y de esta manera, encontramos un super manual de la Canon XL que nos ha salvado la vida durante los cinco años.

Primero… primero fue un año extraño, poco definido, que no se parecía en nada a lo que había pensado siempre que era el periodismo. Fue el año de los desconciertos, como el que vivió en Lengua, con dos profesoras, hasta que llegó Lola Pons y le hizo sentir que la Lengua de Bachillerato no servía para nada.

Pero el mejor cambio fue el de Teoría de la Comunicación, cuando Ángel Acosta dejó a la clase sola ante el peligro y en su lugar entró un tipo que entre las teorías de Schram y Maleztke ponía el video de Jimmy Hendrix en el festival de Monterrey. ¿Os acordáis de Serrato, cuándo nos hablaba de los Sonic Youth y los Blue Velvet entre clase y clase sobre Shannon, Lasswell y la aguja hipodérmica?

Unas clases muy ilusionantes con tipómetros de última generación, divertidas, hasta que llegaron los exámenes. Primero los de febrero. De prueba, cuando aprendió que a veces, los momentos de estudio más valiosos son ese vistazo que se le da a los apuntes justo antes de que el profesor diga “fuera papeles”…

Pero nos faltaba algo. Porque mucho Gabilondo en la lección inaugural, mucho De la Morena dando charlitas, pero todavía no habíamos aprendido nada para ser como ellos. Todavía no teníamos esa ironía tan fina de Carlos Herrera. Porque ¡no habíamos tenido clases de redacción!

Tuvo que esperar a segundo para comenzar a redactar lo que serían los primeros titulares. Aunque ese año fue también el de las bajas: esos que se fueron en desbandada a la mañana, con la creencia, totalmente equivocada, de que se estudia mejor por las tardes. Las bancas de Belén, Mari, Ana Martín, de Almudena, de Alicia, de Rocío Quiñones quedaron desiertas… Dicen que cuando los del grupo de tarde se cruzaban con estos trásfugas se escuchaban gritos de “¡desertores!”. Pero volvieron, aunque fuese como Juan Infantes, que parece el Guadiana…

Volvieron, volvieron. Pero ese año se perdieron la gran verdad del mundo universitario que nos desveló Juan Rey: la cadena de montaje española también se aplica a los trabajos en grupo: uno lo hace, otro firma, al tercero hay que buscarlo para firmar…

…y al último hay que falsificarle la firma. Trabajos en grupo, trabajos en pareja, individuales, con cámara, trabajos de radio, trabajos en plató… para que luego digan que los de la facultad no salen preparados para la dura vida profesional…

Ahora, que para dura, la asignatura con más leyendas urbanas de la carrera. La de nuestro Decano. Eso sí, como la Selección… ¡pudimos! sobrevivir a Paco Sierra.

Pero si hay algo que le gustó más que nada de ese año, fue la Literatura. La manera de contar las historias de Mª Jesús, que hacía que ese rollazo de autores, transtextualidades, hipertextos y cronotopos fuese una especie de cuento de hadas… del que luego tuvo que examinarse.

Pero para historias… las de la comunicación social. Las dos. La de Miguel, que vivía la Guerra de las Galias como si fuese el mismísimo Julio César y en apenas unos meses, nos contaba todas las batallitas del ejército ruso y las estrategias propagandísticas de Himmler… Y también la Historia de Varea, que lo mismo nos decía que la banda sonora es eso que se oye cuando una lentilla se cae al suelo y hace clonc que nos mandaba ver una lista interminable de películas. ¿Cuál os gustó más, la de Juana de Arco ardiendo durante dos horas? ¿O El Nacimiento de una Nación?

Y entre película y película, parágrafo y parágrafo… de pronto se vio sobre una atalaya privilegiada… desde la que divisó otro de los grandes mitos de la Facultad: el Cushipandeo. Ese acto de convivenshia, que no de botellón, al que sólo asistieron Juan José Pedrajas y cuatro amigos más… ese año, no tuvo mucho éxito la convocatoria porque todos estaban demasiado ocupados moduleando, soñando, comiendo y duchándose con el módulo, el gran amigo.

Rodeados de módulos, Carmen Espejo nos contagió su pasión por la Historia del Periodismo y viajamos, subidos en hojas volantes, a través de los siglos por relaciones, gacetas, avissi, pliegos sueltos, almanaques… y nos sentimos unos verdaderos privilegiados al conocer los orígenes de nuestra profesión.

Los cursos pasaron tan rápido que de pronto se encontró con apuntes que hablaban de la Zona Económica Exclusiva, la Plataforma Continental, con exámenes orales, el artículo 18 y 20 de la Constitución, el famoso cuadro de las funciones y disfunciones de los medios… Poco a poco habían ido desfilando por la tarima de la clase profesores sinceros, directos y sin pelos en la lengua… como Galiana y otros, como Francisco Caro, que intentan suavizar la realidad contando que las ranas, cuando se mueren, tienen una charquita en el cielo de las ranas… qué bonita metáfora empresarial.

Bueno, ¿y qué pensarían de esto los nuevos, los que llegaron de otra licenciatura “de rebote”? Manuela, Miguel, Adrián, Víctor, Andrés, Dani, Marisa… ah no, que Dani y Marisa eran otros infiltrados del grupo de la mañana. Qué verían en los nuevos, para estar siempre con ellos, siempre a la izquierda. Como las niñas, que cogieron sitio en primero, y a ver quien quitaba a Dori, Zoraida, María, Vanessa e Inma de allí de al lado de la ventana…

El reto de la carrera, en el fondo, no llegó hasta cuarto. Cuando comenzó a hacer cosas de adultos: tuvo que organizarse, con los alumnos de toda la licenciatura, para grabar un informativo en televisión y un programa de radio. Aunque en esto de la radio, hay quien iba con ventaja… como Rocío Parrilla, que ya había decidido que el mundo de las ondas era lo suyo. Trabajos bajo presión, con sólo cuatro horas, prompters que no funcionaban, cámaras que se apagaban, sistemas que se caían, micrófonos que no se escuchaban… la vida real.

Ay, la organización, lo que nos ha costado ponernos de acuerdo. Como cuando empezamos con el viaje de fin de carrera. La de disgustos que pasó Ana María. Bueno, Ana María y Gema, Salvi, Rafa, Jesús y Benjamín, que vinieron desde la clase de al lado en un pack, como los galácticos. Y es que los rumores contaban que nosotros éramos muy buenos… ¿o no?

Sin apenas percibir cómo fueron pasando los años, la carrera llegaba al fin. Hasta había publicado un relato en un libro, gracias a Narrativa... todo un sueño. Y los acontecimientos se iban ya a precipitar de manera inexorable. Comenzaron las reuniones para preparar el viaje de fin de carrera. Mantecados y papeletas por doquier inundaron la facultad.

Y las papeletas que no se acababan. Y las reuniones los lunes o martes antes de la clase de Aurora, que tiene el cielo ganado con todos nosotros, porque entre reunión de viaje y viaje, comenzaron las de la Graduación, que duraron meses y meses… tantos meses que acabaron hace media hora.

Mientras tanto, una asignatura aprobada no se sabe cómo, el reencuentro con Mª Ángeles en Documentación, los blogs y el interminable informativo de Canal Sur Cádiz presentado por la omnipresente chica de amarillo. Todo pasaba demasiado rápido y de pronto ya estaba en el viaje “oficial”, de crucero por el Mediterráneo, bebiendo mojitos en el jacuzzi, bailando el chucu-chucu, con Yolanda ganando un premio de belleza, jugando al bingo con Laura, “la nueva” y María Jesús… María Jesús que casi se queda comprando postales en Florencia.

Pero lo bueno es muy breve, y una semana después, volvimos a la cruda realidad: estábamos a primeros de mayo y ni habíamos grabado las noticias de Agustín, ni habíamos planteado la escaleta de Concha y Pastora. Pero todos tranquilos, ¿eh? Que cinco años de carrera nos habían dado experiencia: “en la noche de antes da tiempo a hacer de todo”.

Llegaron las últimas horas de clase y las despedidas. Las orlas estaban listas para ser recogidas y poco a poco fue corriéndose la voz: que si Rosa llama a Meli, Meli a Mamen, Mamen a Mª José, Mª José a Eli… Las últimas fotos con los compañeros, las últimas juergas, los tés de Dani, el de siempre, antes de clase… Y la última tanda de exámenes y de entrega de trabajos, la más dura de la carrera. Todo se acababa, como los buenos sueños.

Y es que, como dijo un compañero hace dos días, «parece que se paró el tiempo esta mañana y el examen de Aurora fue un antes y un después». Ese “Hasta el viernes” que nos dimos fue más frío, más triste y más complejo que los demás, una despedida que no quería ser…

Bien, pues la historia de Internet, la que hemos encontrado en Internet, acaba aquí. El final aún no está escrito. Es el aquí y ahora. El momento de nuestra graduación, que tanto habíamos ansiado hace años, hace meses, pero el que con tantas fuerzas deseamos ahora que no se acabe. Porque cuando dentro de unos minutos salgamos por la puerta del salón de actos será la última vez que lo hagamos como clase de Periodismo C.

Ahora, cuando nos hayamos graduado, os queremos invitar a que deis una vuelta por la Facultad, tal vez la última... a que saboreéis uno de tantos cafés que nos hemos tomado justo ahí en la barra, hablando de cosas sin importancia.

A que paséis por delante de la copistería en la que hemos esperado horas y horas a que llegara nuestro número para fotocopiar algunos apuntes prestados. A que contempléis esas paradas del autobús de las que en más de una ocasión hemos salido corriendo para no llegar tarde a la clase de Estética, de Literatura, de Historia…

Y que, aunque vengamos tan arreglados, os sentéis, una vez más, en esas escaleras de la entrada, en las que tantas tardes al sol pasamos, perdiendo alguna clase… ¿Recordáis la primera vez que os sentasteis allí? ¿La primera vez que entrasteis a la biblioteca un poco despistados y encontrasteis a Reme o a Carmen tras el mostrador? Hace ya cinco años. Cinco, desde que subimos por primera vez las escaleras.

Hoy saldremos de aquí con la convicción de que hemos logrado un objetivo: ser periodistas. Pero en realidad es el principio del camino y llega el momento de separarnos: unos se irán a sus pueblos, otros a Madrid, al extranjero; otros se quedarán en Sevilla… No importa en lo que trabajemos, ni la empresa, ni lo que sigamos estudiando. Porque todos vamos a compartir una misma formación, un mismo sentimiento, el que hemos adquirido entre las paredes de este edificio.

Un edificio que inauguramos nosotros. En el que hemos visto hasta cataratas… y que ahora despedimos, sintiendo que nos llevamos algo de él. Del edificio y de los profesores que, unos con más ventura que otros, intentaron enseñarnos a afrontar la vida como personas y profesionales.

Y de vosotros, compañeros, hemos aprendido la importancia del compartir, no sólo el conocimiento y los buenos momentos, sino también los malos, los de agobios y de horas bajas. El trabajo en grupo, para juntos lograr un mismo objetivo.

Amigos, esto se acaba. Ha sido un auténtico placer compartir este cachito de vida con vosotros. Como dice la canción, tal vez después nos busquemos en la clase y sólo el eco nos responda… pero tenemos que luchar contra ese vértigo porque hoy… hoy puede ser un gran día, es un gran día. Compañeros, aunque suene tópico, sólo nos queda deciros una palabra, de todo corazón. GRACIAS. A nuestros profesores, por habernos convertido en los periodistas que soñamos ser. A nuestras familias, por habernos apoyado tanto en nuestro camino. Y a todos vosotros, compañeros, colegas y, sobre todo, amigos. Gracias por estar ahí.

Mucha suerte y hasta siempre.

Texto de Manolo y Marina (4 de julio de 2008)


Por mi parte sólo puedo decir GRACIAS. Gracias por mencionarnos a todos en el discurso. Gracias por haber sabido resumir tan bien todo lo bueno vivido en los últimos cinco años. Gracias por habernos hecho sentir especiales en la última tarde que íbamos a pasar todos juntos en la Facultad como alumnos de Periodismo, como integrantes de un mismo grupo...
Y sólo tengo que haceros una observación: cuando dijísteis lo de las estrategias de propaganda, supongo que queríais decir Goebbles en vez de Himmler ¿no?

miércoles, 2 de julio de 2008

Otro 2 de julio

No escribía en el blog desde que se acabó la evaluación de Producción Periodística, que fue el motivo para que yo empezase Fotoartis. Entonces no pensé que lo fuera a mantener y por ello he estado meses sin tocarlo.
Pero hoy (si todo sale bien) se ha cerrado una etapa muy importante de mi vida que ha durado cinco años y me apetece escribir.
Hace siete años, un 2 de julio aparentemente normal cambió mi vida radicalmente. Hoy, otra vez 2 de julio, mi vida ha vuelto a cambiar (o eso espero): esta mañana he hecho el que parece ser mi último examen de la carrera. De todos modos, con un poco de suerte, no perderé de vista la Facultad (todo depende de que me admitan en el Doctorado...), pero a pesar de ello, la etapa de la licenciatura se acaba.
Tengo miedo porque no sé cómo me irán las cosas. No sé si pronto encontraré trabajo (y por trabajo me refiero a algo donde me paguen más de los 250 euros que voy a cobrar este verano). No sé si hacer el Doctorado es perder el tiempo o es la oportunidad de mi vida... Tengo demasiadas dudas y me estoy agobiando demasiado para estar sólo en el primer día de mi nueva vida.
El 2 de julio de hace siete años me trajo lo mejor y lo peor que he vivido. Sólo espero que lo que venga a partir de este 2 de julio me duela menos. Con eso me conformaría.