Bienvenidos a Fotoartis

Este blog nació en octubre de 2007 para aprobar una asignatura. Entonces Fotoartis era un espacio dedicado a la fotografía en general, y muy especialmente a la fotografía artística.
Pero ahora Fotoartis entra en una nueva etapa. Ahora será un blog personal, aunque mantendrá el nombre porque le he cogido cariño.

BIENVENIDOS TODOS. RAY COY.

jueves, 23 de abril de 2009

Señales, crisis y otras paranoias

Yo intento no pensar en R. pero estos días están ocurriendo cosas que me hacen acordarme de él sin yo quererlo:

Suceso 1: El sábado por la noche me dio por ver Alatriste y a pesar de que ya la he visto varias veces sigo llorando con la misma maldita escena. En ella, María de Castro (Ariadna Gil) está frente a un espejo en una habitación con Diego Alatriste (Viggo Mortensen) y le reprocha que no la quiere. Él se acerca a ella por detrás y le dice al oído con rabia "Y tú qué sabes". Y yo me echo a llorar. Y las lágrimas están calientes cuando pasan por mis mejillas y se enfrían al llegar a la clavícula. Y la escena termina y yo sigo llorando, callada. El día que vea esa escena y, en vez de llorar, simplemente sonría con nostalgia, entonces creo que habré olvidado del todo a R.: lloro al ver al capitán Alatriste diciendo eso porque va a hacer cinco años que viví una situación parecida en el rellano de su piso el día de mi cumpleaños. Aquella fue la única vez que yo estuve dispuesta a dejarlo:

-Ray: Esto no tiene sentido, tú y yo no queremos lo mismo.
-R.: No.
-Ray: Sí.
-R.: Que no, que los dos queremos lo mismo.

Suceso 2: Ayer el móvil me dio un susto que para mí se queda porque mi móvil decidió llamar a R. Mi teléfono es de los que tienen tapa y ayer descubrí por error que si pulso el botón de volumen a la vez que abro la tapa, se activa la marcación por voz. Yo tenía la tele puesta y no sé qué escucharía el móvil que intentó llamar a mi padre. Después probé a decir el nombre de mi madre, a ver si funcionaba, y una voz masculina como de máquina de tabacos me suelta "R."... ¡y se pone a llamarlo! Y eso que sus nombres no se parecen ni por asomo. Cuando yo escuché su nombre y vi su foto en la pantalla me puse tan nerviosa que no atinaba a apagarlo (botón rojo, carajota, botón rojo). Creo que no llegó a dar llamada pero me quedé con un mal cuerpo...

Suceso 3: Ayer por la tarde estuve en el centro con M. y cortamos camino por el patio del Rectorado para llegar a la parada del autobús. En el césped había gente sentada y pensé que no me gustaría encontrarme a C. porque estudia allí. Pues dicho y hecho porque una de las que estaban sentadas era ella. No sé si me vio o si me reconoció pero yo creo que sí porque me miró y yo la identifiqué en cuestión de segundos. C. es una ex amiga de la época del instituto que ahora por casualidades de la vida sé que mantiene contacto con R. Sí, R. otra vez. ¡Es que esto es mala leche!
Espero que todo esto sólo sean casualidades. Lo malo es que yo no creo en las casualidades, soy un poco más mística. Y aunque nunca es un buen momento para recordar a R., ahora menos porque estoy en plena crisis, que podríamos denominar "crisis de los 24": hoy queda exactamente un mes para mi cumpleaños y si siempre detesto esa fecha, este año con más motivo. Vivo con la permanente sensación de estar perdiendo el tiempo, de pasar de puntillas. Pues eso, que queda inaugurada la crisis de los 24.


PD: El doctorado, bien. Mantengo mi media de 9 y tengo la posibilidad de publicar un par de artículos de investigación. Al menos parece que algo me va bien porque lo demás...

miércoles, 15 de abril de 2009

sábado, 11 de abril de 2009

Puedo escribir los versos más tristes esta noche

¡Qué malo es que se junten el aburrimiento y la apatía con la melancolía y la tristeza! Y si a eso se le suma que estoy leyendo Tengo ganas de ti de Federico Moccia, que ya ha pasado otro sábado sin noticias de F., que llevo un par de días acordándome demasiado de momentos pasados con R. y que hoy he visto El Padrino III con ese amor imposible entre Andy García y Sofía Coppola, estoy para meter la cabeza debajo de la almohada y no sacarla en un mes. Si se me diera bien la poesía podría escribir un poema que empezara diciendo "Puedo escribir los versos más tristes esta noche", como aquel de Pablo Neruda. Pero la poesía siempre se me dio mal. Como tantas otras cosas.

jueves, 9 de abril de 2009

Doctorado y otras incertidumbres vitales

"Los dos trabajos están perfectos. No tienes que retocar nada, ni siquiera para el de la publicación". Da gusto que un profesor te diga cosas así, al menos alguien piensa que voy por buen camino. Porque desde luego yo no lo tengo nada claro, a pesar de llevar una media de 9 (que calculo que bajará a un notable con los últimos trabajos entregados).
Dicen que durante el doctorado se tienen dos crisis y la primera se produce al acabar la tesina. Para eso me quedan alrededor de dos cursos, pero yo creo que la crisis en mi caso se adelantó. Es más, yo creo que vivo en una permanente crisis desde antes incluso de echar la matrícula. Ni siquiera sé si la idea que tengo para la tesis es viable o no, y eso me preocupa.
El doctorado me preocupa pero hay otras cosas que me rayan. Y quien dice cosas, dice personas. ¿No nos íbamos a ver? ¿No me debe F. una cita? ¿Dónde quedó aquello de "te perdí hace cuatro años y no voy a dejar que vuelva a pasar"? F. ya es una oportunidad que se pasó, si es que alguna vez pudo haber algo. Hace poco me dijo J.M. (un compañero de clase) que A. (otro compañero) se había pasado la carrera diciéndole "hay que ver lo buena que está Ray y lo desapercibida que pasa". Pues eso digo yo, que será que paso desapercibida. Con este panorama no hay motivos para ilusionarse con que las cosas mejoren. Total, hay gente que se queda sola y yo no me trago las frases vacías tipo "ya verás como aparece alguien porque te lo mereces". Disney no tuvo mucho efecto en mí.
El martes me avisó mi amiga V. de que a lo mejor va al Viñarock, con lo cual yo también iría. Ojalá, porque necesito irme de concierto y cantar hasta quedarme afónica. Dice el refrán que "quien canta, sus males espanta", ¿no? Pues eso, ¿alguien se apunta?

miércoles, 8 de abril de 2009

Martes Santo

Como ya dije, mi Semana Santa empezaba y acababa el Martes Santo. Desde hace no sé cuántos años veo San Benito en Sor Ángela (para mí seguirá siendo Sor, lo de Santa Ángela no me sale). En los vídeos que he puesto no se ve bien, pero para los que no lo sepan, el paso en vez de tirar todo recto por la calle Imagen, llega a la altura de la estatua de Sor Ángela (que debería verse a la izquierda), se gira hacia ella y se para enfrente como si Pilato le presentara a Jesús (el paso es "La Sagrada Presentación de Jesús al pueblo", pero es más conocido como "El Pilato"). Un miembro de la cofradía coge un ramo de flores que hasta ese momento ha ido a los pies del Cristo y lo coloca junto a la estatua de Sor Ángela. Después, el paso retoma su camino hacia la plaza de la Encarnación.

Cada año está más soso y le tocan marchas más raras en Sor Ángela, con lo bien que queda allí "Presentado a Sevilla" y "Costalero", y el paso bailando y yo llorando detrás de mi cámara de fotos. Pero bueno, no deja de ser uno de los momentos más hermosos y emocionantes de la Semana Santa sevillana. No es porque yo sea de San Benito, pero este paso es uno de los que mejor se mueve.



PD: Gracias. Tú y yo sabemos por qué.

domingo, 5 de abril de 2009

Domingo de Ramos

Cuando era pequeña, me pasaba las mañanas de Domingo de Ramos subida a una silla para contar los nazarenos que veía desde la ventana de la casa de mi abuela. La mayoría llevaban antifaces azules, pero también los había blancos, morados y verdes, según la hora. Después me "engalanaban" y salía con mis padres a ver los pasos disfrazada de niña buena, con uno de esos vestidos con grandes cuellos blancos que me cosía mi abuela, zapatos relucientes y un lazo en el pelo. En la calle procuraba ponerme en primera fila para recibir caramelos de manos anónimas enguantadas de blanco y ojos sonrientes tras un antifaz, y a veces mi padre me cogía en brazos para ver mejor.
Después crecí, todo cambió, salía en Semana Santa con mis amigas y algún que otro niño (con el primer F., por ejemplo, ¡qué recuerdos!). Pero al terminar el instituto volvieron a cambiar las cosas: dejamos de juntarnos y me quedé sola. Sola con mi cámara, porque fue cuando empecé a hacer fotos en Semana Santa. Entonces volví a recordar tiempos pasados saliendo con mis padres pero se me hace muy raro. Además, cada vez aguanto menos las bullas y me angustio entre tanta gente y con la cámara encima, que le pasa algo y me da un infarto.
Por todo eso, este año me quedo en casa. Iré el martes con mi madre a ver mi cofradía y a darle agua a mi padre, que sale de nazareno. Pero ahí empezará y acabará mi Semana Santa 2009. Ojalá hubiera llovido hoy, así no tendría esta desazón en el pecho. Eso, o que no me gustara la Semana Santa.
A pesar de lo mucho que odiaba los vestidos que me hacía mi abuela, hoy no me importaría volver a ser aquella niña que se subía a una silla para contar nazarenos. Éste es el paso que hoy más voy a echar de menos: