Era él. Lo reconocí por su forma de tocar, de besar, de lamer... También reconocí su pelo. Ese pelo que él tanto odiaba porque decía que le escaseaba, pero que a mí me encantaba acariciar y enredar en él mis dedos.
Sólo lo he visto en sueños, por segunda noche consecutiva. A veces sería tan agradable quedarse a vivir en los sueños... O que los sueños se hiciesen realidad. Desgraciadamente ninguna de las dos opciones es posible. Lástima, sería bonito volver a tocar su cuerpo aunque sólo fuese una vez.
"Hoy mis lágrimas se quieren suicidar,
acurrucadas morir en tu piel.
Han nacido secas, tienen sed.
Mi llanto hoy se quiere morir"
"La Cantata del Diablo" de Mägo de Oz
A pesar de estar pachucha con la tensión me debería haber ido a Huelva a pasar el fin de semana con mi amiga D. Aunque corriera el riesgo de desmayarme, aunque no me gusten las ferias y no me apetezca ponerme en bikini en la playa. Al menos habría estado distraída y tendría menos tiempo para comerme la cabeza.
1 comentario:
Se nota que eres una soñadora. Tienes una forma especial de que tus sueños formen parte de tu realidad. Pero sé cabezota. Si quieren algo de ti, que vengan los sueños a tu mundo. Que no sean cobardes y se queden allí.
Un abrazote.
Publicar un comentario