"No hay nunca un porqué para un recuerdo; llega de repente así, sin pedir permiso. Y nunca sabes cuándo se marchará. Lo único que sabes es que lamentablemente volverá. Aunque por lo general son instantes. Y ahora sé cómo hacerlo. Basta con no detenerse demasiado. En cuanto llega el recuerdo, hay que alejarse rápidamente, hacerlo en seguida, sin miramientos, sin concesiones, sin enfocarlo, sin jugar con él. Sin hacerse daño. Así, mucho mejor... Ahora ya ha pasado. La nieve se ha deshecho del todo" (Federico Moccia, Tengo ganas de ti).
Mi relación de amor-odio con Moccia se mantiene con Tengo ganas de ti. Me he estado tomando con calma la lectura pero este puente he cogido con ganas el libro y creo que lo acabaré mañana. Cuando leí el párrafo de arriba me sentí como si lo hubiera escrito yo misma. El maldito italiano parece que me espía. Pero a mí estos días me está costando mucho apartar los recuerdos que acuden como flashes: un sueño, un párrafo en un libro, una escena en una película, un mensaje en el móvil, una canción o varias... ¿Por qué sueño que R. quiere algo conmigo? ¿Por qué ayer por la mañana le dio a Canal Sur Radio por poner varias canciones seguidas de José Luis Perales? ¿Por qué siento que me he vuelto a equivocar al rechazar la cita de F.? Para una vez que es él quien propone quedar y soy yo la que no acepta, me siento culpable. Culpable y asustada de que vuelva a repetirse el final con R.
Ésta es mi entrada número 100. La he retrasado esperando poder contar algo bueno pero nada mejora. Al contrario. A estas alturas de la película debería haber aprendido que no me puedo hacer ilusiones con nada ni con nadie. Y las cosas empeorarán conforme pasen los días... Maldito mes de mayo.
1 comentario:
tienes que contarme bien lo de f. de todas formas no le des más vueltas. en su momento no te apeteció y ya está. hubiera sido peor acudir sin ganas, ahora le estarías dando vueltas al hecho de que os vísteis pero no estuvísteis tan bien como esperabas
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