Bienvenidos a Fotoartis

Este blog nació en octubre de 2007 para aprobar una asignatura. Entonces Fotoartis era un espacio dedicado a la fotografía en general, y muy especialmente a la fotografía artística.
Pero ahora Fotoartis entra en una nueva etapa. Ahora será un blog personal, aunque mantendrá el nombre porque le he cogido cariño.

BIENVENIDOS TODOS. RAY COY.

domingo, 14 de octubre de 2007

Paris mon amour

Quienes me conocéis personalmente sabéis de mi pasión por París. No he estado en demasiados sitios pero dudo que pueda encontrar una ciudad como ésa. Supongo que si hubiera nacido allí, vería las cosas de otra manera y no me parecería un lugar tan excepcional. Pero no es el caso.

Adoro tanto París que he creído oportuno dedicarle mi primer texto en este recién nacido blog. París, «una ciudad universal donde cada paso por un puente o por una plaza remite a un gran pasado; donde en cada esquina ha tenido lugar un fragmento de la historia» (Goethe), es la ciudad más fotogénica que conozco. Ya os adelanto que ésta no será la única vez que hable de “mi ciudad” en Fotoartis puesto que da para mucho y todo no cabe en este texto. Comencemos por la reseña de un libro fotográfico que tiene París como protagonista.

Paris mon amour es un libro editado por Jean-Claude Gautrand en Taschen. Taschen publica libros de buena calidad, magníficamente editados y a buen precio. Ahora no sé cuánto valdrá este ejemplar pero a mí me costó sólo 10 euros porque la editorial estaba de aniversario y tenía rebajas. Si queréis echarle un vistazo a alguno de sus libros, probad en las tiendas VIPS, ahí solían tener muchos.

Desde los comienzos de la fotografía, París ha ido de la mano de este arte, no sólo como elemento fotográfico sino como lugar en el que se desarrollaron la heliografía de Niepce, el daguerrotipo de Daguerre o el calotipo de Talbot. También fue la ciudad que acogió los estudios de los fotógrafos más reputados (Nadar, los hermanos Séeberger, Atget, Man Ray, André Kertész, Robert Capa, Cartier-Bresson...). Además, París fue sede de movimientos fotográficos, de galerías y de publicaciones. Si os interesa conocer estas cuestiones, el prólogo de Paris mon amour os proporcionará una idea general de todas ellas.

Pero a nosotros lo que nos interesa es París como modelo fotográfico. Paris mon amour recoge estampas de la vida cotidiana, imágenes que nos muestran qué ocurría en las calles parisinas desde la segunda mitad del siglo XIX hasta finales del siglo XX.

La colocación de las fotografías no responde a una clasificación por fechas o autores sino por temas, así que si buscamos a alguien en concreto es mejor mirar los créditos fotográficos que aparecen en la última página del libro para localizarlo. Creo que habría resultado más interesante una organización por fechas, para ver más claramente los cambios que ha tenido París.

Ya la portada nos invita a adentrarnos en la ciudad y pasear por sus calles. Y es que la fotografía que ilustra la tapa es una vista de una calle desde los veladores de un café. Se trata de «Le Café de Flore a primera hora de la mañana» (1975) de Jeanloup Sieff. Los cafés parisinos, tan típicos, constituyen uno de los temas fotográficos de este libro.

Jeanloup Sieff: «Le Café de Flore a primera hora de la mañana» (1975)

Los temas de Paris mon amour son los siguientes: la calle, parques y jardines, los enamorados, bistrots, espectáculos, parisinas, niños, tráfico, el París de las barricadas, la Comuna, el Frente Popular, la Ocupación-la Liberación y el Mayo del 68.

Hay fotografías que nos muestran un París solitario, totalmente alejado de la imagen de ciudad bulliciosa y viva que solemos tener. «Rue Neuve-de-la-Garonne de Bercy» (1980) de Philippe Gautrand, «El transeúnte» (Pont des Arts, 1953) de Edith-Claire Gérin y «Rue du Cloître-Notre-Dame» (1953) de Albert Monier son tres buenos ejemplos. En estas dos instantáneas el ambiente resulta enigmático no sólo por la ausencia de personas o por la única presencia de una o dos, sino también por la luz y la bruma.

Philippe Gautrand: «Rue Neuve-de-la-Garonne de Bercy» (1980)

Albert Monier: «Rue du Cloître-Notre-Dame» (1953)

Edith-Claire Gérin: «El transeúnte» (Pont des Arts, 1953)

En Paris mon amour encontramos fotografiados algunos de sus bellos parques. El caso de Père-Lachaise es curioso puesto que no se trata de un parque sino de un cementerio pero a los parisinos y a los turistas no parece importarles puesto que es uno de los lugares más famosos y visitados de la capital francesa (he estado dos veces en París y todavía no he podido ir, la próxima vez será). Supongo que su principal atractivo está en sus ilustres “residentes”: Óscar Wilde, Edith Piaf, Chopin, Marcel Proust, Delacroix, el Barón Haussmann, Molière, Jim Morrison, etc.

Philippe Gautrand: «Jardin des Plantes» (1987)

Henri Cartier-Bresson: «Père-Lachaise» (1932)


Las fotografías más antiguas resultan especialmente interesantes porque en ellas podemos ver cómo han cambiado (o no) las calles de París, cómo vestía la gente, qué costumbres tenían; en definitiva, cómo era la vida cotidiana de la ciudad. «Feria» (anterior a 1914) de Séeberger muestra a unos niños montados en un tiovivo (parece que los caballitos no han cambiado en 90 años...). Otra imagen de Séeberger es «Moda en el bosque» (1910). Afortunadamente, la moda femenina ha cambiado mucho en un siglo. Lo que parece que no ha pasado de moda es llevar los bajos de la ropa arrastrando (para que luego se quejen nuestros padres de cómo tenemos de sucios y rotos los pantalones...). De los hermanos Séeberger las fotografías que más me gustan están recogidas en el libro Jardins parisiens à la Belle Époque, que ya reseñaré otro día.

Séeberger: «Feria» (anterior a 1914)

Séeberger: «Moda en el bosque» (1910)


Siguiendo con las imágenes antiguas, encontramos un retrato de un niño que me parece impactante por la mirada del crío. El autor es Lewis W. Hine, aquél que fotografió la miseria de las clases más pobres o la explotación infantil para llamar la atención sobre las cosas que no marchaban bien.

Lewis W. Hine: «Niño parisino» (1918)

Entre las fotografías que retratan parejas destacan dos. La primera es «La Torre Eiffel» (1929) de André Kertész, una imagen de una pareja abrazada contemplando París desde lo alto. La fotografía me resulta conmovedora: la ciudad aparece borrosa, distante; pero eso a los enamorados no les importa. Si la foto tuviera sonido, seguramente se dirían el uno al otro algo así como «Si tú me lo pidieras, pondría el mundo a tus pies» (siento la cursilada, pero octubre me pone melancólica...).

André Kertész: «La Torre Eiffel» (1929)

La otra fotografía es una de las más famosas de Robert Doisneau: «El beso del Hôtel de Ville» (1950). En el mundo de los paparazzi esto se llamaría robado-pactado o algo así. Os cuento: resulta que Doisneau vio a la pareja besándose apasionadamente pero no pudo fotografiarla, así que pidió a los novios que repitieran el beso. Y voilà, ahí los tenemos. Seguro que entonces no eran conscientes de lo mucho que se difundiría aquel beso posado.

Robert Doisneau: «El beso del Hôtel de Ville» (1950).

Posiblemente, si alguien piensa en París, una de las primeras imágenes que se le viene a la cabeza es la Torre Eiffel. Es curioso cómo en Paris mon amour este símbolo de la ciudad no es uno de los elementos más retratados. Sí hay una buena fotografía en la que aparece, «Torre Eiffel» (1988) de Jean-Claude Gautrand, pero está hecha de tal forma que no se aprecia bien. Es más, si no fuera porque se titula «Torre Eiffel», quien no tenga muy visto el monumento, posiblemente ni lo reconozca.

Jean-Claude Gautrand: «Torre Eiffel» (1988)

En «Lisa Fonssagrives para Vogue» (1939) de Erwin Blumenfeld también sale la Torre Eiffel. No sé cómo la modelo se prestó a hacerse esa foto, a mí me dio miedo el simple hecho de coger el ascensor que te lleva hasta arriba... Juzgad vosotros la valentía de la muchacha.

Erwin Blumenfeld: «Lisa Fonssagrives para Vogue» (1939)

Otros de los símbolos de París son el Arco del Triunfo y el Moulin Rouge. Y tampoco abundan sus imágenes en Paris mon amour. Del Moulin Rouge hay una fotografía hecha por Ilse Bing, «Cancán en el Moulin Rouge» (Montmartre, 1931). Se ve un poco mal, pero hay que tener en cuenta que el objeto fotografiado son bailarinas en movimiento, es un interior y la fotografía data de los años 30 (ni las cámaras ni los flashes son los de hoy). El otro símbolo parisino, el Arco del Triunfo, aparece en la fotografía de Roger Schall «Desfile en los Campos Elíseos» (junio de 1940) y lógicamente el interés no está en el monumento sino en quienes caminan ante él: se trata de soldados nazis.

Ilse Bing: «Cancán en el Moulin Rouge» (Montmartre, 1931)

Roger Schall: «Desfile en los Campos Elíseos» (junio de 1940).

Para que veamos que las aglomeraciones de visitantes ante las obras del Louvre no es cosa de ahora ni de japoneses fotografiando compulsivamente, tenemos la imagen de Willy Ronis titulada «Un domingo en el Louvre» (1968). La pintura que contempla la multitud es «La consagración del emperador Napoleón I y la coronación de la emperatriz Josefina en la Catedral de Notre-Dame de París el 2 de diciembre de 1804» de Jacques Louis David (¡toma título!). La fotografía es muy curiosa porque parece que los visitantes del Louvre están dentro del cuadro.

Willy Ronis: «Un domingo en el Louvre» (1968)

Paris mon amour finaliza con el París histórico y revolucionario. Una de las fotografías ya la he presentado, «Desfile en los Campos Elíseos» (junio de 1940) de Roger Schall, pero hay otras anteriores y posteriores a la ocupación alemana.
«Barricadas después del ataque» (Rue Saint-Maur, 26 de junio de 1848) de Thibault es la fotografía más antigua que encontramos en el libro. No tiene mucha calidad, lo único que se ve con más claridad es el aspecto que tenían las casas a mediados del siglo XIX.


Thibault: «Barricadas después del ataque» (Rue Saint-Maur, 26 de junio de 1848)

Otra de la mismas fechas es «Restos de barricadas en la Rue Royale» de Hippolyte Bayard en la que podemos ver al fondo la Plaza de la Concordia (las fuentes), el Obelisco, y al fondo se dibujan dos edificios (el que tiene pinta de templo griego creo que es el Palacio Bourbon, sede de la Asamblea Nacional; y la cúpula pertenece a Los Inválidos).

Hippolyte Bayard: «Restos de barricadas en la Rue Royale» (1848)

Pero hay otra imagen de la misma calle que se ve mejor: «Rue Royale» (1860-1870) de Ferrier y Soulier. Hace casi cinco años hice una fotografía muy similar a ésta, sin conocer su existencia. Ahí os pongo las dos, para que veáis que prácticamente lo único que ha cambiado de la zona es que ya no circulan carruajes sino coches.

Ferrier y Soulier: «Rue Royale»(1860-1870)

Ray Coy: «Rue Royale» (2003)

Mi relato sobre Paris mon amour finaliza aquí. El libro es aceptable pero sería mejorable, aunque quizá la selección de autores e imágenes responda a cuestiones editoriales que desconozco. Si yo pudiera hacer un libro-homenaje a París, buscaría sus edificios más bellos y sus lugares más representativos en fotografías de ayer y de hoy, para ver los cambios. A pesar de todo, Paris mon amour me parece un libro recomendable para adentrarse en la ciudad más fotogénica del mundo.

FICHA TÉCNICA:
Título: Paris mon amour.
Autor: Jean-Claude Gautrand (editor y fotógrafo).
Editorial: Taschen.
ISBN: 3-8228-3540-4.
¿Qué es?: Libro de 233 fotografías de París realizadas por más de sesenta autores.
Ventajas: El tamaño supera el A-4, el papel es de calidad, las fotografías son en blanco y negro y dan una buena idea de cómo era París y cómo ha evolucionado. Además el prólogo, escrito en español, italiano y portugués, narra la influencia de París en la fotografía (técnicas, autores, movimientos fotográficos, agencias, publicaciones, etc.).
Inconvenientes: El prólogo puede resultar pesado (demasiada información, tamaño de fuente excesivamente pequeño). Las fotografías no están organizadas ni por fechas ni por autores, sino por temas. No hay imágenes generales de la ciudad sino cosas concretas por lo que no vemos bien cómo ha evolucionado su fisonomía.
Valoración: 7.

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