Fotoartis (F.A.): Nadar era consciente de que la fotografía era inferior a la pintura en cuanto a la técnica pero sí veía en la fotografía un don que no todos los que la practicasen tendrían: la capacidad de ver el lado psicológico de la fotografía, la inteligencia moral del tema. ¿Este don no era percibido por los críticos de la fotografía o es que también les resultaba algo insignificante? ¿La capacidad de observación y la curiosidad que necesita un fotógrafo no son dones suficientes para que se le considere un artista?
Fernando Infante (F.I.): No se había definido aún cuáles eran las características que hacían que un fotógrafo pudiera considerarse artista. No se valoraba la mirada, la selección, la intención, porque la importancia de la cámara era demasiada.
F.A. ¿No sería lógico que la fotografía al ser, en general, un arte comprensible para todo el mundo estuviese más publicitada en los medios de comunicación?
F.I. Si no lo está de manera exclusiva es precisamente porque es el arte más visto. La mayor parte de las imágenes que percibimos diariamente son fotográficas. Ninguna otra forma de expresión tiene mejores museos.
F.A. ¿Los primeros fotógrafos pretendían sustituir a los pintores o sólo que se les reconociese como iguales?
F.I. Evidentemente se les comparaba, pero los fotógrafos se sabían diferentes. Debía ser así. Porque los placeres del acto fotográfico son muy particulares y completamente diferentes de los de la acción plástica, musical, etc. Desde dentro sabían que su universo era diferente, pero de puertas afuera, para hacerse valer, necesariamente tenían que superar esa comparación con los pintores..
F.A. Castello Lópes (1984) dice: «Hay religiones en las que la representación del mundo está prohibida (“usurpación del poder de un Dios creador de todas las cosas”). Pensándolo bien, es muy posible que fotografiar sea artimaña del diablo y cada disparo, un pecado». ¿En la crítica que durante el siglo XIX se hace al realismo fotográfico subyace un componente religioso?
F.I. Sí, es lo que te dije antes. La fotografía sigue siendo un acto sagrado. La oscuridad, la comunión, la sacralización, son parte del acto de la fotografía y de su recepción.
F.A. Antoine Wiertz, pintor contemporáneo de Baudelaire, habla del futuro de la fotografía: «Antes de que haya pasado un siglo será esta máquina el pincel, la paleta, los colores, la destreza, la agilidad, la experiencia, la paciencia, la precisión (...) Que no se piense que la daguerrotipia mata al arte... Cuando la daguerrotipia, criatura colosal, crezca, cuando todo su arte y toda su fuerza se hayan desarrollado, entonces la cogerá súbitamente el genio por el cogote y gritará muy alto: ¡Ven aquí!, ¡me perteneces! Ahora trabajaremos juntos». ¿Crees que se ha cumplido lo que decía este pintor?
F.I. Por supuesto. Hoy día la fotografía es un ámbito más extenso que el de otras artes tradicionales, por ejemplo.
Fernando Infante (F.I.): No se había definido aún cuáles eran las características que hacían que un fotógrafo pudiera considerarse artista. No se valoraba la mirada, la selección, la intención, porque la importancia de la cámara era demasiada.
F.A. ¿No sería lógico que la fotografía al ser, en general, un arte comprensible para todo el mundo estuviese más publicitada en los medios de comunicación?
F.I. Si no lo está de manera exclusiva es precisamente porque es el arte más visto. La mayor parte de las imágenes que percibimos diariamente son fotográficas. Ninguna otra forma de expresión tiene mejores museos.
F.A. ¿Los primeros fotógrafos pretendían sustituir a los pintores o sólo que se les reconociese como iguales?
F.I. Evidentemente se les comparaba, pero los fotógrafos se sabían diferentes. Debía ser así. Porque los placeres del acto fotográfico son muy particulares y completamente diferentes de los de la acción plástica, musical, etc. Desde dentro sabían que su universo era diferente, pero de puertas afuera, para hacerse valer, necesariamente tenían que superar esa comparación con los pintores..
F.A. Castello Lópes (1984) dice: «Hay religiones en las que la representación del mundo está prohibida (“usurpación del poder de un Dios creador de todas las cosas”). Pensándolo bien, es muy posible que fotografiar sea artimaña del diablo y cada disparo, un pecado». ¿En la crítica que durante el siglo XIX se hace al realismo fotográfico subyace un componente religioso?
F.I. Sí, es lo que te dije antes. La fotografía sigue siendo un acto sagrado. La oscuridad, la comunión, la sacralización, son parte del acto de la fotografía y de su recepción.
F.A. Antoine Wiertz, pintor contemporáneo de Baudelaire, habla del futuro de la fotografía: «Antes de que haya pasado un siglo será esta máquina el pincel, la paleta, los colores, la destreza, la agilidad, la experiencia, la paciencia, la precisión (...) Que no se piense que la daguerrotipia mata al arte... Cuando la daguerrotipia, criatura colosal, crezca, cuando todo su arte y toda su fuerza se hayan desarrollado, entonces la cogerá súbitamente el genio por el cogote y gritará muy alto: ¡Ven aquí!, ¡me perteneces! Ahora trabajaremos juntos». ¿Crees que se ha cumplido lo que decía este pintor?
F.I. Por supuesto. Hoy día la fotografía es un ámbito más extenso que el de otras artes tradicionales, por ejemplo.
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